El aumento de ataques de ransomware en 2020 y su vínculo con el teletrabajo

ESET, compañía de seguridad, advierte que el ransomware fue una de las amenazas más activas durante 2020. La compañía analizó los detalles y explica que esto se debió al incremento del teletrabajo y a que el ransomware evolucionó, haciéndose más efectivo.

Durante 2020, las bandas que operan las distintas familias de ransomware dejaron atrás las campañas masivas y al azar esperando que alguna víctima se infecte y que eventualmente pague el rescate para recuperar su información. En cambio, apuntaron a compañías de varias industrias, así como al sector de la salud y a organismos gubernamentales a nivel global, llevando adelante ataques en los que secuestran mediante cifrado los archivos en los equipos comprometidos, con nuevas estrategias para demandar el pago de un rescate.

El robo de información previo al cifrado de los archivos y la posterior extorsión bajo la amenaza de publicar, vender o subastar los datos confidenciales robados fue una metodología que se observó por primera vez a fines de 2019 y que se consolidó en 2020. El objetivo es agregar un plan B a la estrategia de sólo cifrar los archivos y demandar el pago de un rescate para devolver el acceso. Con este nuevo método, adoptado ya por varias familias de ransomware, los criminales aumentan la posibilidad de monetizar los ataques al contar con otro instrumento para presionar a las víctimas y que se decidan a pagar, ya que supuestamente de esta manera evitarán la divulgación de la información robada y recuperarán el acceso a los datos.

El aumento de los ataques dirigidos de ransomware también tiene una explicación en el modelo de negocio del ransomware as-a-service (RaaS), donde algunos actores desarrollan estos códigos maliciosos y los ofrecen en la dark web para asociarse con afiliados que se encargarán de la distribución del ransomware y luego dividirán las ganancias. Estas familias de ransomware muchas veces operan durante algún tiempo y cesan sus actividades, dando lugar a la creación de otros grupos de ransomware que adquieren el código fuente y le añaden en algunos casos variaciones.

La aceleración de la transformación digital provocada por la pandemia obligó a muchas empresas y organizaciones a trabajar desde el hogar, dejando las oficinas que están preparadas con los mecanismos de seguridad necesarios para proteger el perímetro de una organización, sin capacitar a las personas acerca de las buenas prácticas de seguridad, y sin brindar en muchos casos la infraestructura necesaria para trabajar de manera segura. De hecho, según una encuesta realizada por ESET en plena pandemia, sólo el 24% de los usuarios dijo que la organización para la cual trabaja le brindó las herramientas de seguridad necesarias para trabajar remotamente y el 42% de los participantes aseguró que su empleador no estaba preparada en cuanto a equipamiento y conocimientos de seguridad para hacer frente al teletrabajo.

En este sentido, muchas personas teletrabajando equivale a muchos dispositivos, distintas redes, en distintas ubicaciones, y con profesionales —e incluso empresas— que en el apuro o por desconocimiento no lograron implementar un plan para trabajar remotamente de manera segura. Este escenario provocó un aumento en la superficie de ataque. Según datos de una encuesta realizada por ESET en diciembre pasado, el 87,67% de los participantes opinó que los cibercriminales han visto una oportunidad en el incremento del trabajo remoto para lanzar ataques dirigidos a las empresas. Además, consultados acerca de si creen que las empresas y las entidades gubernamentales están preparadas para lidiar con ataques de ransomware, el 67,76% opinó que apenas unas pocas empresas lo están, mientras que el 50,96% considera que sólo unas pocas entidades gubernamentales cuentan con las capacidades.

En un ataque informático, si un usuario cae en la trampa y abre un correo de phishing dirigido para luego hacer clic en un enlace o abrir un archivo adjunto, su equipo será comprometido con un malware que puede a su vez descargar otro código malicioso como un ransomware. Si luego accede a la red corporativa conectándose al servicio VPN que la empresa o la entidad gubernamental le brinda, el atacante tendrá acceso a la red y podrá moverse lateralmente para recolectar información y buscar otras credenciales de acceso que le den permiso de administrador para distribuir el ransomware dentro de la red.

El uso del protocolo de escritorio remoto (RDP) ha sido uno de los mecanismos más utilizados para lanzar ataques de ransomware aprovechando también el uso de contraseñas débiles. Si bien los distintos grupos de ransomware utilizan diferentes vectores de ataque para distribuir la amenaza, varios reportes coinciden en decir que el RDP ha sido el vector de intrusión más utilizado por ataques de ransomware durante 2020. De hecho, en el primer trimestre del año pasado la compañía de seguridad reportó el aumento de los intentos de ataque al RDP mediante fuerza bruta a nivel global; un aumento que en América Latina para el mes de noviembre había sido del 141%, con máximas que llegaron hasta los 12 mil intentos de ataque diarios al protocolo. Una vez que el atacante logra comprometer la seguridad mediante el RDP puede realizar distintos tipos de actividades maliciosas dentro de los sistemas.

Los expertos mencionan que esto no impide a las organizaciones a operar de manera remota, sino que deberán dedicar tiempo y recursos para capacitar a los usuarios de manera que cuenten con más herramientas y estén mejor preparados para lidiar con las distintas amenazas y riesgos en Internet. Asimismo, recomiendan como pasos básicos el acompañar la educación de los usuarios con la adecuada tecnología, el uso de una VPN, la realización de backups de forma periódica, una política de actualizaciones para corregir vulnerabilidades, la implementación de la autenticación multifactor y de estrategias de seguridad como el principio del menor privilegio y de la mínima exposición, por nombrar algunas. Por otra parte, es recomendable que las organizaciones evalúen los mecanismos de accesibilidad a la información y cuáles son las formas que puede tener un atacante para llegar a estos datos.

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Fuente: Revista TrendTIC

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